jueves, 27 de noviembre de 2014

La vejez y nuestros Hijos



   



          LA VEJEZ

  Y NUESTROS  HIJOS 

Estamos en el dos mil,
Tiempos de mucho estudiar.
La juventud quiere ir
Sin trabajar, seducir
Un mundo para soñar.

Tanto libro, asignaturas...
Tanto querer viajar
Los de veinte y criaturas
Tantas cosas sin censura...
Tantos libros estudiar,

Antes en mis cortos años,
Lo confieso, y es verdad,
¿de estudiar ?ni soñarlo.
Del trabajo éramos esclavos,
Así lo e de confesar.

No sabíamos leer
Y muy poco escribir,
Pero teníamos amor
A los padres y patrón
Por que éramos así.

Hoy tantos estudios y letras
Aprenden en cada estación,
Sin recibir asignaturas
Estas bellas criaturas
De la bella educación.
                                                           
Hoy estudian matemáticas
Todas nuestras criaturas,
Pero amar a los ancianos
Esto ellos no estudiaron
Ni  hicieron asignaturas.

Ven  un ciego por la calle      

   O a un mendigo pedir

No hay Santo que lo agarre
   En ninguna esquina o calle
   Ni aun le dejan vivir

Hacen burla del anciano
Del mendigo o de los ciegos,
Sin saber tal vez mañana
También tendrán la migraña
Porque serán pordioseros.

Recuerdo de pequeñín
Que respetaba a mis Padres,
A la abuela y al abuelo,
Pues lo tenía por modelo
Sin enseñármelo nadie

Era tal la educación
Que tenía a mis ancianos,
Les cedía el mejor rincón
Que existía en el fogón
Por verlos casi acabados.

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